Calidez entre tinieblas

Dibujo sobre el capítulo 13 de Dochirasama desu Ka? Garasu No Kamen.

Yo no era nadie especial, soy bastante cobarde en muchos sentidos y suelo malinterpretar las circunstancias a menudo. Así que no podía ni siquiera comprender todas las reacciones violentas que tenía él de vez en cuando. Es como un volcán, sabes que es peligroso pero aún así es algo hermoso que te atrae irremediablemente. Sabes que el peligro duerme en su interior y que nunca sabes cuándo va a entrar en erupción, y cuando lo hace, las consecuencias son devastadoras. Pero aún y así vuelves a él,

El fuego es peligroso, y atrayente a la vez. Hermoso y vivo, pero quema… siempre quema.

Y definitivamente, cuando te queman duele, y yo no quería sufrir.

Debía reconstruir mi fortaleza y cimentarla con mi orgullo. Tenía que ser fuerte, más fuerte que un volcán, más devastadora. Aquella sería la única forma de vencer a Li Shaoran, el príncipe arrogante. No agacharía la cabeza ante él de nuevo, me juré. Le devolvería todas y cada una de las veces que me había hecho sufrir, todas las lágrimas y mis miedos más profundos. Él no era buena persona y yo no tenía por qué seguir quemándome.

Con determinación y ante el semblante sin expresiones de él eché a andar. Un paso, dos pasos, tres pasos. Aquellos eran el principio del camino andado hacia mi destino, aquel al que dominaría y me haría encontrar la felicidad y a mí misma.

Los pasos más difíciles estaban por llegar, pronto le alcanzaría. Cuando lo hice aguanté la respiración, el corazón me iba a mil por hora y la cabeza me daba vueltas. Pero tenía que seguir siendo firme. Tenía que ponerme mi máscara y ser como él. Mi Kamen sin expresión, sin sentimientos. Hermosa, fuerte, decidida. Fría como el hielo.

Cerré los ojos por un instante y aspiré su aroma a almizcle y especias, grabándolo a golpe y cincel en mi mente para no olvidarlo jamás. Y fue en ese instante en el que sentí su mano gentil junto a la mía, cálida, dulce. Fue una leve caricia, un roce inocente cargado de emociones e hizo que me parase en seco. ¿Por qué?

¿Por qué Shaoran?

Sus dedos se encontraron con los míos y los recorrió suavemente, dibujando líneas invisibles desde las puntas hasta la palma. Fue un mero toque que traspasó mi piel, mis sentidos, mi alma. Fue fuego y cielo a la vez. Entrelazó sus dedos con los míos y les dio un ligero apretón. La calidez de su palma descubrió un vacío que no sabía que existía y lo llenó de claridad. Fue algo inocente y puro, libre de pecado, pero a la vez lleno de él.

Esto estaba mal, no se supone que debería ser así.